28 septiembre 2009

26.09.09♥
Y a los fiesteros que se dicen ser fiesteros
les muestra que la noche nunca se termina ♪

No quiero olvidar. pero sí dejar atrás mi pasado y mirar al futuro cara a cara, ser capaz de dejar atrás lo que me tortura y buscar un hoy capaz de satisfacerme y borrar los delirios del ayer para poder enfrentarme al mañana. Cuan difícil es cerrar la puerta del pasado y abrir una nueva puerta al futuro. El pasado por duro que haya sido lo conoces, duele, pero han enriquecido de alguna manera. En cambio, la puerta del futuro, no sé que me deparará. Tengo miedo a cometer los mismos errores del pasado por haberlos dejado atrás.

12 septiembre 2009

Para los errores hay perdón.
Para los fracasos una nueva posibilidad.
Para los amores imposibles, tiempo.-


Pero al fin te seguí por un laberinto de espejos rotos,
y aparecí en un barrio del que no puedo salir.


Hoy, antes del final quiero intoxicarme en vos.-

09 septiembre 2009



A veces hay que mentir, a veces hay que decir la verdad y otras veces hay que callar y seguir. Como muelas que se rompen, como dientes que se asfixian, y seguir, seguir y seguir.
A veces hay que matar, a veces hay que saber perdonar y otras veces hay que olvidar y reír. Como el miedo de la noche, como el miedo en la mañana y seguir, seguir y seguir.



Ya lo sabemos, todos tenemos un poco de miedo.


Una imagen, un olor, un sonido, nos traen una vivencia que sigue viva, latiendo. Va más allá de que uno quiera o no, ese recuerdo vuelve sin permiso, sin ser llamado. ¿Por qué algo que queremos sepultar, olvidar, se nos cuela por entre los sentidos y vuelve tan vivo como siempre? Porque algo nos dice, algo nos reclama. Algo late en esa imagen, en ese aroma, en esa música, algo nos susurra, es un tiempo perdido que vuelve para ser recuperado. Esas evocaciones, esos recuerdos súbitos son señales que nos sirven de guía porque cuando escuchas una canción que te hace acordar a otra época y sentís nostalgia, quiere decir que algo de lo que vos eras quiere volver, quiere seguir vivo. Casi todos los días tenemos esas imágenes, esos olores, esos sonidos que nos transportan al pasado, pero los ignoramos. Pero si en lugar de ignorarlos nos detuviéramos a entender el mensaje que nos traen, entenderíamos mucho más de nosotros. Y de a poco, tirando de esa punta del ovillo, guiados por ese recuerdo, llegamos a la otra punta, a esa palabra que siempre estuvo ahí y que vuelve, irrumpe, ni golpea la puerta, nos viene a reclamar porque quiere ser dicha. Es un tiempo perdido que entra por los sentidos, que irrumpe de golpe, pasado que se hace presente porque no puede esperar más. Un tiempo perdido que quiere renacer. Un tiempo perdido que quiere ser reecontrado. Porque cuando recobramos ese tiempo perdido algo renace en nosotros y volvemos a sentirnos vivos, volvemos a ser nosotros mismo. Recuperando el tiempo perdido nos reinventamos una y otra vez. Cuando algo se nos hace presente una y otra vez señala algo simple, NUNCA SE FUE. Porque en nuestro corazón canción no es canción, es deseo de amar. Pasado no es pasado, es tiempo PERDIDO que quiere ser RECOBRADO.

08 septiembre 2009

Es apenas un instante, un momento, un segundo en el que uno equivoca el camino. A partir de ahí cada paso que damos nos aleja cada vez más de nosotros mismos. No tenemos conciencia de los errores que cometemos, apenas una sensación, una pequeña voz interior que nos dice: "algo está mal". Y aunque esa vocecita está ahí seguimos adelante, ignorándola, equivocándonos, casi a conciencia. Lo ves venir. Sabes que eso que estás por hacer va a cambiar todo, y así todo lo haces. Ya te extraviaste, ya te vaciaste, ya te equivocaste, ya te fuiste, ya te perdiste, ya te traicionaste. Y ahí te miras al espejo y ya no te reconoces, hay otro que te mira, te pregunta: "¿Dónde te fuiste? ¿Dónde estás?".
Un error lleva a otro error. Es tan fácil equivocar el camino y tan difícil volver de eso... Es un impulso, un momento irracional, y ya no hay vuelta atrás. Incluso cuando tenemos buenas intenciones un error puede cambiar todo, romper todo. Ya estás perdido, errado, extraviado, si no tenes rumbo ¿a dónde podrás ir?.
Hay alertas, hay advertencias, pero no las escuchamos y vamos directo al error. Errar es hacer algo pensado solo en nosotros y nada en los demás. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos equivocamos tanto? ¿Por qué fuimos tan débiles? . Cuando cometiste error tras error no podes ni siquiera quejarte, ni ese derecho tenes. Corres, te desesperas, pero cuando tomaste el desvío el camino de regreso es más largo. Porque en tu desvío causaste dolor, heridas que tardan mucho en sanar. El dolor se transforma en resentimiento, en tristeza vieja, inolvidable.
Los errores del presente son tragedias del futuro. Corres, pero ya es tarde y mientras corres tu alma llora, porque sabes que tendrías que haber escuchado a esa vocecita, ese murmullo en tu corazón que te decía que estabas equivocado en el camino.
Corres y corres, pero ya es tarde. Lo único que podes hacer es mirarte al espejo y preguntarte: ¿Dónde estás?.-

05 septiembre 2009

Se encontraban lejos uno de otro, sin embargo la distancia no les impidió amontonar sus ojos y conversar. Eran conscientes de que en esta vida, al menos en esta, no lograrían estar juntos. Lo tenían claro. Tan nítido como el intervalo de sus miradas. Habían citado un pacto entre ellos y entregarían sus almas para efectuarlo. Se amaban. Si, se amaban seriamente, excesivamente, sutilmente. Se amaban con todo lo que incluye el verbo, con todo. Y era ese mismo amor el que los hundía en una tregua invisible, disfrazada. Eran jóvenes y eso no interesaba, sabían que se amarían toda la vida, al menos en esta y si esta misma les impedía reproducir sus sentimientos, no encontraban motivos para seguir respirando. Sólo el amor los ayudaba a ser. Saborearon la última mirada y en ella se despidieron apasionadamente, hasta la próxima vida.
(si es que tienen la suerte de que exista una próxima).-