Pensaba en los buenos momentos que tuve junto a ti y cada mañana despierto, pero tu no estás aquí. Quisiera saber si al menos, tu me extrañas así. Parece que la nostalgia se ha apoderado de mi. Me dicen que solo de ti yo recuerdo lo bueno, pero francamente no creo que haya algo mal en ti. ¿Por qué cometemos errores? Será que nos gusta sufrir, será que nos gusta arriesgarnos y en el riesgo ser feliz. Pudimos hacer tantas cosas... hasta el mundo cambiar, pero no pudimos siquiera cambiar nuestra historia personal.

Quisiera volver en el tiempo un instante, y mirarte.

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Hoy le pedí por favor que esté conmigo y
no se me esconda
porque perdí mi motor.

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Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz,

aunque pierda la memoria.

Con acercase a la victoria se conforma un perdedor.

Y te tendré que dejar escapar,

sé que lo voy a lamentar,

pero te digo amor

que hay que saber cuando parar.

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Todavía resisto a la absurda tentación de pisar el freno y pasarla bueno, disfrazarme de alguien que no soy. Todavía tengo amigos que me quieren como soy, siempre un poco loco y todo lo que toco lo quiebro, y pido perdón. Y acá me ves, escapandole al fuego que sigue quemando. Esa oración, libertad, ansiedad, un amor, soledad. Y así vivir mucho mejor. Todavía siento ganas de llamarlo alguna vez y decirle que cuando él se fue un viento me arrancó de pie. Todavía respiro, nene, cuando salgo a nadar por un mar oscuro donde todo es duro y el agua se hace cristal. Todavía me rió del amor, del café y de dormir. Y si lo sufrí fue casualidad, un error nunca te hace mal. Todavía te quiero y no quiero quererte otra vez. Pero si con vos tanto me alejé, que volé y jamás regresé.

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