26 abril 2009

Me llevó unos instantes admitir por qué había vuelto a agachar la mirada, por qué me había ruborizado otra vez, por qué se me había revuelto el estómago, por qué tenía los ojos húmedos y por qué de pronto quería salir corriendo de la habitación ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario