08 julio 2009

Peor que la convicción del no, es la incertidumbre del tal vez, es la desilusión del casi. Es el casi incomoda, entristece, que mata trayendo todo lo que pudo haber sido y no fue. Quien casi ganó, todavía juega, quien casi murió está vivo, quien casi amó no amó. Basta pensar en las oportunidades que se escurrieron, en las chances que se pierden por el miedo. Me pregunto a veces, ¿qué nos lleva a elegir una vida tibia? Si la virtud estuviese en medio término, el mar no tendría olas, los días serían nublados y el arco iris en tonos de grises. La nada no ilumina, no inspira, no aflige ni calma, solo amplía el vacío que cada uno trae dentro de si. Preferir la derrota previa a la duda de la victoria, es desperdiciar la oportunidad de merecer. Para los errores existe el perdón, para los fracasos la oportunidad, para los amores imposibles t i e m p o. De nada sirve cercar un corazón vacío o economizar un alma. Un romance cuyo fin es instantáneo o sin dolor, no es romance. No dejes que la melancolía sofoque, que la rutina acomode, que el miedo te impida intentar. Desconfía del destino y cree en ti. Gasta más horas realizando que soñando, haciendo que planeando, viviendo que esperando, porque quien casi muere está vivo… quien casi vive ya murió.-

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