17 agosto 2009

Al hablar de amor ella siempre agachaba la cabeza, como si se llenara instantáneamente de recuerdos imborrables que la aturden y la nostalgia la transportara hacia aquellos momentos. Su historia fue una de esas que quedan perpetuamente tatuadas en dos corazones cansados y en los ojos de toda la ciudad, de esas que indiscutiblemente nunca ganan un lugar en el olvido. Los años compartidos no fueron en vano, consiguieron que nazca un sentimiento profundo entre ambos y por él consigan risas, llantos, peleas, lugares, charlas, rutina, canciones, cenas, almuerzos, días y noches. Construyeron poco a poco una historia que del mismo modo se fue desgastando. Los actos repetidamente erróneos de él quemaban lentamente las esperanzas de ella. Y entonces, harta de perdonar, decidió ponerle un bien merecido fin a todo aquello. Porque las cosas ya no daban para más, porque la rutina aburre, porque los errores CANSAN y porque las personas así no son capaces de cambiar.-

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