14 abril 2011

Cerrar los ojos, tomarse un tiempo para uno, ponerle un freno al mundo por un ratito. Cerrar los ojos es mirar para adentro, pensar con más claridad, sin distracciones. Es ver eso en lo que uno está fallando. Es mirarte a vos mismo a los ojos y plantearte ¿qué sentís? ¿qué te pasa? ¿qué es lo que duele? y ahí, en ese mismo momento, encontrar las respuestas justas, esas que siempre estuvieron en vos y nunca descubriste por tener los ojos puestos en la rutina, en el mundo, en lo cotidiano. Cerrar los ojos es respirar con tranquilidad. Es parar un poco con ese ritmo acelerado que lleva tu vida y concentrarte por ese ratito en vos mismo, en tus inquietudes, en tus dolores, tus miedos, y tus alegrías. Cuando no podes exteriorizar lo que te pasa, cuando no lo podes hablar con nadie; cerrando los ojos lo hablas con vos mismo, que sos la persona más correcta para saber todo eso que estás guardando. Sirve muchísimo hablar con uno mismo, reflexionar, contarse cómo se sintió en cual o tal situación, comprender mil cosas, encontrar respuestas a interrogantes que parecían eternos pero que a partir de ahora no lo son. Cerrar los ojos te ayuda a no distraerte, a focalizar tu atención en vos mismo. Y puede que suene un poco egoísta, pero lo necesitamos en verdad a veces. Cuando estás más cerca de implotar que de romperle la cabeza a alguien, cuando estás viviendo cosas que siempre quisiste tener lejos, cuando perdiste tu contención, tu pilar... ahora tenes que aprender a vivir con vos mismo, y no te encontras en un espejo, ni en un reflejo ni en ningún lugar donde te veas, te encontras mirándote al corazón, a lo más profundo de tu ser, ese lugar que solo ves cuando no ves nada. Es encontrar un ratito de paz interior, que tanto cuesta tener. Es bajar un cambio para después poder subirte otra vez a ese mundo que no parar de girar, y seguir. Seguir con las cosas más claras, con otra visión de vos mismo, conociendo cosas tuyas que no sabías que estaban ahí. Cuando no te soportas ni vos, cuando no sabes ni entendes lo que queres, cuando sentís un vacío interior, es el momento justo para cerrar los ojos y pensar ¿qué me está pasando? y contemplar ese momento de paz. Quizás uno no resuelve su vida en un ratito que se sentó y cerró los ojos, pero te puedo asegurar que ayuda y mucho. A tranquilizarnos, a encontrar una luz en la oscuridad, a empezar a confiar de a poco en nosotros, a entender que a veces lo que tanto buscamos por todos lados hasta el cansancio, está dentro nuestro.









¿Cuánto hace qué no cerras los ojos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario